La industria del automóvil emplea bastantes recursos en la mejora del confort y la seguridad de los vehículos pero por muchos sensores y circuitos que tenga un vehículo, éste es un ente aislado del medio que lo rodea (otros vehículos o las señales de tráfico). Pensando en aumentar la seguridad y, por tanto, minimizar el número de accidentes, el Departamento de Transportes de Estados Unidos subvencionó una interesante investigación del Instituto de Investigación del Transporte de la Universidad de Michigan en la que exploran la posibilidad de que un coche pueda informar a otro sobre lo que está sucediendo o las señales de tráfico que hay, de manera que los vehículos (y los conductores) puedan actuar de manera proactiva ante cualquier dificultad o, incluso, evitar accidentes.
La idea es dotar a los coches de una familia de sensores y la capacidad de emitir una señal de radio, de tal forma que puedan enviar mensajes a otros vehículos que estén en su rango de accióne, incluso, enviar y recibir señales a los equipos de tráfico (radares, semáforos, etc). Con este esquema, por ejemplo, si el coche de delante frena bruscamente, avisará a los vehículos de alrededor con una alerta, suficiente como para que podamos frenar y evitar un choque múltiple.
Esta investigación, con una dotación de fondos de 14,9 millones de dólares, ya está en fase de realizar pruebas de campo y medir la efectividad de esta tecnología con pruebas a gran escala. De hecho, hasta ahora se han realizado, con éxito, pruebas en las que un coche se aproximaba a un cruce (sin regulación por semáforos) a alta velocidad y gracias a que la posición (y velocidad de crucero) se monitorizaba mediante un GPS, avisar al resto de vehículos que se acercaban a la intersección para que pusiesen atención o avisar a los semáforos de la zona que cambiasen su estado para evitar un accidente en el cruce.
El equipo de la Universidad de Michigan llegó a un acuerdo con 8 fabricantes de automóviles para, así, poder estandarizar esta tecnología (con algunos lleva trabajando desde 1995). Para las pruebas que se van a realizar, los fabricantes aportarán 64 coches con los equipos de medida, transmisión y recepción de señales de radio, escenario que se completará con 2.900 coches normales a los que se les ha equipado de sensores y el sistema de transmisión. Con esta planta de vehículos, los investigadores quieren reclutar a personal del campus para realizar estas pruebas reales.
La idea es llegar a unos resultados que permitan a las autoridades estadounidenses certificar esta tecnología para que, de esa forma, pueda introducirse en el mercado durante los próximos 10 años. General Motors, sin ir más lejos, es optimista con esta tecnología:
Creemos que esto será una realidad en un futuro muy cercano
Al igual que Honda:
Somos conscientes del potencial que tiene esta tecnología y su aporte a la seguridad
De hecho, hasta la propia administración federal estadounidense, que financia el programa, es bastante optimista con los resultados y su aplicación industrial:
Esta tecnología tiene el potencial para convertirse en un punto de inflexión que cambie la seguridad de los vehículos y sus ocupantes. Los investigadores de la Universidad de Michigan han combinado una comunicación entre vehículos y entre vehículos e infraestructuras que podrían evitar accidentes en un 80% de los escenarios posibles
Con este control de lo que sucede en la vía, y su información a tiempo real, posiblemente, se podrían evitar gran parte de los accidentes comunes además de las colisiones entre vehículos porque “los ojos del conductor” se multiplicarían. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y, desde la propia industria del automóvil, surgen algunas voces más escépticas que cuestionan la seguridad de una comunicación radio entre vehículos y su posible intercepción con fines nada buenos.
De todas formas Estados Unidos no es el único país que está trabajando en estrechar los lazos entre el entorno y los vehículos que circulan por la carretera. En enero de este año, la Comisión Europea lanzó un proyecto (con un horizonte de 3 años) para probar este sistema y en el que se han implicado 40 actores entre fabricantes de coches, de electrónica o grupos de investigación.
Quién sabe si, quizás, al combinar esta tecnología con otras, estaremos mucho más cerca decoches que conduzcan solos.
Via | alt1040
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