Que Afganistán no pasa por su mejor momento lo tenemos todos claro, y que la tecnología puede ayudarles a avanzar y mejorar diversos aspectos, creo que también. Pero para los que no vean la relación muy clara, ahí va un ejemplo, el proyecto FabFi que se está desarrollando en el mentado país.
Hace unos meses la gente del MIT montó en la región afgana de Jalalabad uno de sus centros englobados en el programa FabCentral, el FabLab Jalalabad, cuyo objetivo es fomentar soluciones a problemas locales mediante la tecnología, entre otras cosas. Varios proyectos muy interesantes se han gestado ya en el FabLab Jalalabad y uno de ellos está despertando especial atención a nivel internacional, la red inalámbrica de alta velocidad FabFi.
El proyecto echó a andar por el mes de enero de 2009 cuando algunos integrantes del MIT junto a varios inquietos afganos llevaron conexión a Internet de alta velocidad a varios lugares de la región mediante la creación de una red inalámbrica formada por varios puntos de acceso y antenas que distribuyen la señal Wi-Fi.
Lo mejor del proyecto es que por una parte prácticamente toda la infraestructura de esa red está compuesta por materiales reutilizados, por ejemplo las antenas, parte fundamental, están construidas a base de trozos de madera, alambre y algunas latas, y por la otra y como consecuencia de la primera esto permite que la infraestructura de red pueda seguir creciendo de manera relativamente fácil.
Y justamente eso es lo que está ocurriendo, que el proyecto FabFi no ha parado de crecer desde que diera comienzo a principios de 2009 ya que son los propios afganos, con la cobertura de la gente del MIT desde EE.UU, quienes se están ocupando de ampliar la red y proporcionar Internet a cada vez más lugares. A día de hoy FabFi cuenta ya con 29 nodos desplegados por toda la zona de Jalalabad que permiten a ciudadanos, ONGs, escuelas y demás disfrutar de una conexión a Internet de aproximadamente 2Mbps de bajada y 485kbps de subida.
FabFi no es ninguna tontería ya que como sabemos la información y la comunicación es poder y justo eso es lo que les proporciona Internet. Gracias al proyecto muchos afganos están teniendo acceso a diversa información internacional, se comunican entre ellos y con el extranjero mediante programas como Skype o acceden a recursos en línea relacionados con educación y sanidad. Un diez para la gente del MIT y sobre todo para los afganos que contra viento y marea están intentando levanta su país.
Vía | alt1040
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