Fijaos en esta foto. Así se mide el consumo electrico de la mayoría, y prácticamente todos, de los usuarios de electricidad en España. Cada abonado tiene un contador que registra el paso de la electricidad que la compañía eléctrica comprueba periódicamente. Por eso en los edificios de viviendas están todos agrupados en una zona común a la que pueden acceder los técnicos.
Pues bien, esto está cambiando en Castellón. La compañía Iberdrola ha comenzado la instalación de contadores digitales en esta ciudad de 180.000 habitantes. A finales de junio la empresa presentó las primeras unidades y explicó sus planes para completar, antes de final de año, el proyecto STAR, la primera “red eléctrica inteligente” de España.
Gracias a la telegestión, una de las capacidades de esta nueva tecnología, la compañía podrá leer a distancia los contadores y podrá localizar al instante el punto exacto de cualquier problema de suministro. Por su parte, los usuarios podrán tener información puntual de su consumo eléctrico y realizar trámites en su contrato tales como modificar la potencia contratada y, si se aprueba en un futuro la regulación oportuna, disfrutar de tarifas flexibles.
Argumentos como la eficiencia y el ahorro parecen suficiente razón como para apoyar la idea. Sin embargo, conviene analizarla en detalle y situar en el contexto adecuado ese nuevo adjetivo que se quiere dar a la red eléctrica.
El camino hacia las redes inteligentes
A lo largo del siglo XX ha cambiado mucho lo que podemos hacer gracias a la electricidad pero la estructura que la sustenta sigue siendo la misma: un sistema de distribución que desde unos pocos centros de generación abastece millones de puntos de consumo.
Por eso hace tiempo que se impulsa la creación de una red eléctrica inteligente que, al estilo de Internet, se base en nodos independientes capaces de comunicarse entre ellos. El camino, explica la Unión Europea en su documento Integración de fuentes de energía renovables y generación distribuida en la Red Eléctrica Europea, es altamente complejo.
Por eso tanto en Europa como en Estados Unidos se han impulsando clusters de colaboración para preparar la transición a la red eléctrica inteligente con estos objetivos en su agenda:
Reducir el papel del carbono en el abastecimiento de electricidad.
Poner fin a la dependencia del petróleo en el sector transporte.
Desarrollar edificios que no solo consuman energía, sino que la produzcan.
Crear una red eléctrica interconectada e inteligente que sirva a un mercado europeo integrado con un gran número de pequeños proveedores de energías renovables a partir de parques eólicos o de la producción eléctrica interior.
Vemos por tanto que el desarrollo de las redes inteligentes, smart grids, permitirá a la industria eléctrica recuperar el retraso que tiene frente a otros campos como la informática o la electrónica que, curiosamente, le deben su existencia.
Su implantación en España
En nuestro país, el primer paso de este cambio lo dio el Ministerio de Industria a través de una orden del año 2007 que obliga a las compañías eléctricas a sustituir progresivamente los contadores de sus clientes por nuevos modelos que permitan, a corto plazo, la telegestión y la discriminación horaria.
En este contexto nace el proyecto STAR de Iberdrola. La compañía se planteó aprovechar este cambio para hacer evolucionar su red de acuerdo con el concepto de redes inteligentes que permitan prestar nuevos servicios y mejorar la calidad del suministro y eligió la ciudad de Castellón por tener un tamaño adecuado y un variado abanico de consumidores-tipo.
Además de esta presentación, la compañía tiene en su sitio web un FAQ muy detallado sobre el proyecto. Este documento explica cómo el proyecto STAR contribuye a los objetivos energéticos de la UE y enumera las ventajas de la red eléctrica inteligente:
La facturación se realizará siempre con lecturas reales.
Permite a los clientes una gestión más eficiente de sus consumos.
Mejora de la calidad del suministro eléctrico.
Mejora de la atención a incidencias y modificaciones contractuales.
Gracias a los nuevos contadores digitales, los clientes dispondrán de una serie de datos que no están disponibles en los contadores analógicos. Entre ellos destacan los cierres (lectura final de una facturación) y la curva de carga horaria. De hecho, estos productos ya están en el mercado y resultan útiles para comercios, pequeñas industrias o viviendas unifamiliares equipadas con placas solares que necesitan regular a lo largo del día entrada y salida de energía.
¿Es STAR un proyecto único y pionero? En cierta forma, sí. Aunque la compañía Endesa está instalando en Málaga contadores electricos digitales, tiene un ámbito más limitado y forma parte de un proyecto global de barrio verde experimental llamado SmartCity.
Perspectivas para los consumidores
Antes de acabar el año 2010 los ciudadanos de Castellón tendrán en su vivienda un contador digital que les permitirá conocer al detalle su consumo eléctrico y les permitirá acceder a nuevos servicios. No sabemos cuánto tiempo hará falta para extender este proyecto al resto de España y si todas las compañías eléctricas podrán asumir objetivos tan ambiciosos. Estas innovaciones tampoco servirán de mucho si fuera de nuestra vivienda no hay compañías compitiendo por ofrecer las mejores tarifas.
Si miramos qué pasa en Estados Unidos, con un sistema eléctrico sustancialmente diferente y seguramente más complejo por su tamaño, vemos que la apuesta por las redes inteligentes (la iniciativa GridWise) pone al usuario en el centro de este proceso y Google ya cuenta con un software de análisis y optimización del consumo eléctrico, Google Power Meter.
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